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Mostrando las entradas de diciembre, 2020

Las calles se convierten en un espacio publicitario electoral libre las fechas cercanas a elecciones.

Hoy me levanté sin ánimos de cocinarme algo para el almuerzo. Desde que desperté no hice más que andar como fantasma por mi casa y comer la fruta que lleva días en la mesa y nadie se atreve a comerla. Pensé en hacerme una taza de avena para complementar, pero me conformé con pensarlo, porque me dio flojera. Pasé la mañana en unas clases de Zoom a la que no presté atención porque no tenía ganas de eso tampoco. Cuando terminaron, salí a dar una vuelta con la intención de comer en el algún restaurante barato donde preparen comida de casa. Decidí tomar el camino largo porque me tenía aburrido ir siempre por las mismas calles. Me di cuenta de que había demasiados carteles publicitarios que llevan colocados desde el año pasado. Carteles sobre estreno de películas en los cines. Carteles sobre promociones válidas hasta diciembre de 2019. Carteles sobre conciertos que fueron cancelados debido al contexto del año perdido. Es como si, de tanto decirlo, el país se hubiera detenido, aunque lleva de

Los domingos por la mañana las calles huelen a una mezcla de mantequilla, orina y cerveza.

El sábado me dormí temprano. Estaba cansado por los trabajos grupales de la universidad y a las 10:00 P.M ya estaba soñando. Desperté, tal vez era la medianoche, para ir al baño. Regresé después a la cama. Moví mi cuerpo hasta alcanzar una posición cómoda en la que conciliar el sueño, pero, aunque todas lo fueran, me fue imposible volver a dormir. Al cerrar mis ojos otra vez mi mente se llenó de recuerdos y planes que tenía en la semana. Salí, entonces, a la sala con la intensión ver cualquier cosa hasta dormir. Puse la primera temporada de Bojack Horseman en la TV, pero en lugar de aburrirme hice una maratón improvisada. Detuve los capítulos cuando noté que el sol entraba lentamente por la ventana que daba hacia afuera. Apagué la TV, di un suspiro, agarré el teléfono, y lo encendí. 5:30 A.M. Lo apagué nuevamente, di otro suspiro, esperé a que la hora pasara y el sueño me venciera. Esperé una eternidad. Volví a ver el teléfono. 5:32 A.M. Me harté, fui por una polera, me puse un buso, b